Kartal planea regresar a Estambul para arregar allí sus asuntos y poder volver junto a Selin, pero antes de partir, la perfumista le regala su última creación: el aroma de su amor. De vuelta en casa, Kartal se da de bruces con su realidad. Esra, su mujer, le espera, Mert, su hermanastro y oveja negra de la familia, sigue haciendo de las suyas y Aziz, su padrastro parece no ver su infelicidad.