Oksan y Bayram llegan junto a su hijo al edificio para alegría de todos los vecinos, excepto de Safiye y Gülben, que apenas tienen tiempo de darles la enhorabuena, ya que Gülben rompe aguas en ese momento, y tienen que ir corriendo al hospital. Allí, Safiye supera su miedo de entrar en un lugar que ella ve contaminado de gérmenes, para cumplir la promesa que le hizo a su hermana: estar en el nacimiento de su sobrina, Masal.