Safiye convence a Han y a Gülben para que le acompañen a realizar su último deber para que su vida vuelva a la normalidad: visitar la tumba de su madre y celebrar su cumpleaños aunque no sea el día. Con este acto, Safiye se siente mucho más realizada, a pesar de la reticencia de Han. Cuando vuelve a casa se encuentra con Naci, con quien se funde en un abrazo, y después de mucho tiempo le invita a subir a casa.