Safiye logra ducharse con la ayuda de la doctora, enfrentando las exigencias de la voz de su madre. Al terminar, da un paso importante: abre el ventanal y deja entrar la luz. Al cruzar miradas con Naci, un pensamiento la sacude y, creyendo ver lástima en sus ojos, decide cerrarlo nuevamente. Han descubre que Ceylan en realidad no está con nadie y que casi comete una gran imprudencia.