Safiye, sorprendida, encuentra a su hermano Han llorando entre la basura. Conmocionada, le dice que él es incluso más sucio que toda esa inmundicia. Esta experiencia conecta directamente con la obsesión de Safiye por la limpieza, haciéndola sentir contaminada y atrapada en pensamientos sobre su hermano y sus acciones.Por otro lado, la madre de Esat le confiesa a Gülben que ha sufrido malos tratos por parte de su esposo durante años. Esta revelación provoca un acercamiento emocional entre ambas mujeres.