La visita de Ceylan, quien admite no saber nada sobre el paradero de Han, despierta la preocupación de Safiye por su hermano. Pese a los esfuerzos de su familia por tranquilizarla, afloran en ella recuerdos de la infancia que aumentan sus nervios frente al apresurado compromiso con Naci. Mientras tanto, Han sigue lidiando con el secuestro al que está sometido.