Gülben conoce finalmente a los padres de Esat, pero su trastorno obsesivo con la limpieza complica el encuentro desde el principio. Cuando el padre de Esat intenta saludarla con un apretón de manos, ella no puede hacerlo y sufre una crisis nerviosa. Esto provoca una fuerte discusión entre Esat y su padre. A raíz de lo sucedido, Gülben acude nuevamente a una sesión con su psicóloga, sintiéndose frustrada por no poder comprender por qué es así.