En casa de los Derenoglu se preparan para la pedida de mano de Gülben sin saber que la familia de Esat no hace más que mostrar su rechazo. Ruya recibe la inesperada visita de su controladora madre y pone su vida aún más patas arriba, pero, aunque en un principio no era capaz de verlo, Han empieza a descubrir cuál es la verdadera personalidad de la joven.