Insi ya ha asumido que lo mejor para todos es seguir las órdenes de su abuelo, pero Han sigue sin darse por vencido. Pero la oportunidad para él surge en el sitio más inesperado. Al mismo tiempo que Gulben se ilusiona con Esat, llegando incluso a modificar sus estrictos hábitos de limpieza, este se entretiene tonteando con Esra.