Eduard, convertido en alcalde, se entrega a su pasión por la fotografía. Se muda con Lucie a una villa señorial. Lucie y Eduard reciben una visita ministerial de alto rango, pero él inmediatamente se marcha y tienen que comer los aperitivos solos. Maria se enamora del ingeniero Otto Wohlleben, quien, tras un accidente de trabajo y con el brazo escayolado, ya no puede comer sin la ayuda de ella.